El acoso escolar o “bullying” es un tipo de delincuencia infantil que se podría evitar fácilmente en muchos de los casos. Hay quien dirá que este fenómeno existe desde el inicio de los tiempos y que antiguamente a nadie le pasaba nada por ser objeto de cuatro bromas de mal gusto. «Son cosas de niños….».

Pues no, no son cosas de niños. Al contrario, es sumamente grave. Y todavía es más grave, si cabe, que alguien me quiera convencer de que no hay por qué poner el grito en el cielo.

«Si la solución no viene desde arriba, quizás sea hora de movilizarnos desde abajo, ¿no crees?».

Me cuesta creer que hasta el momento ninguno de nuestros representantes políticos le haya dado a este tema la trascendencia que merece. Pero si la solución no viene desde arriba, quizás sea hora de movilizarnos desde abajo, ¿no crees? No, no hace falta organizar grandes campañas. Con que cada uno de nosotros realice un pequeño gesto será más que suficiente. Pero antes es imprescindible entender dónde radica el problema real de estos jóvenes.

 

 

¿Qué circunstancias pueden llevar a alguien a querer acosar a un compañero?

Según Albert Cohen, representante más importante de la teoría de las subculturas (teoría criminológica sobre delincuencia infantil), las personas que no encuentran soluciones ni alternativas a sus retos o problemas cotidianos buscan alivio en cometer actividades que desafían lo que dictaría su propia moral en circunstancias normales. Por lo tanto, a priori el acoso escolar puede deberse a la incapacidad de una persona de gestionar sus emociones negativas ante circunstancias adversas. Su situación se ve agravada en muchas ocasiones por una predisposición a la violencia debido a motivos psicológicos o de personalidad, o un entorno familiar y/o social que permite o incluso promueve esta forma de desahogo.

 

 

Pero por otro lado, el bullying también se puede deber a la pretensión del acosador de reforzar su posición dominante en el grupo o de divertirse un rato. Es una forma de llamar la atención. Quieren ser admirados y por eso buscan víctimas inseguras, tímidas, con pocos amigos, o que posean cualquier característica que les diferencie del resto para fijar en ellas el objetivo de sus escarnios.

 

 

Este último es, precisamente, el caso del colectivo LGTBIQ+. Según los estudios de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) casi un 60 por ciento del alumnado en colegios e institutos ha sido testigo de ciberacoso hacia estudiantes del colectivo LGTBI o por ser percibidas como tales. «El bullying motivado por la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género sigue siendo el mayoritario en España. Todas las medidas que en la actualidad se llevan a cabo siguen sin ser suficientes para acabar con una problemática tan grave. Además, es un tema que prácticamente no se aborda en infantil y primaria, donde también es imprescindible», ha expresado Visitación González Rico, coordinadora de Educación de FELGTB (*).

«El bullying motivado por la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género sigue siendo el mayoritario en España».

De esto se infiere que cualquier niño (es decir, cualquiera de nuestros hijos) podría llegar a convertirse en un acosador si no reforzamos su educación moral desde pequeño. Y esto debería poner en alerta a TODOS los padres del mundo puesto que es nuestra responsabilidad educar a nuestros pequeños basándonos en el amor, la tolerancia, el respeto y la empatía. Debemos atajar el problema del acoso escolar, y en especial el que afecta al colectivo LGTBIQ+, ya que este es el mayoritario en la actualidad, promoviendo una educación igualitaria y justa en la que no solo se implique la escuela, sino también la familia. En el momento en que TODA la sociedad se conciencie en tratar de solventar esta situación, se producirá el verdadero cambio.

Y ¿cómo podemos concienciar a nuestros hijos? Leyéndoles cuentos LGTBIQ+.

Los cuentos son sin duda el mejor remedio; el más poderoso y efectivo. El mensaje que transmiten les enseña valores profundos que se instalarán en su inconsciente y les ayudarán a convertirse en la mejor versión de sí mismos (si quieres saber más sobre este tema, puedes consultar este otro post donde explico brevemente el poder que el inconsciente ejerce sobre nuestros hijos).

Por eso es tan importante elegir bien los cuentos que les leemos. Y qué mejor que un cuento LGTBIQ+ para explicarles que en el mundo existe la “orientación sexual” y la “identidad de género” y que cada persona es libre de expresar lo que siente sin tener que soportar por ello ningún tipo de consecuencias vejatorias por parte de su entorno social. Si leemos cuentos LGTBIQ+ a nuestros hijos, conseguiremos normalizar la situación de este colectivo e integrarlo dentro de nuestra sociedad para devolverles lo que nunca tendríamos que haberles arrebatado: su derecho inherente a formar parte de ella.

 

 

Probablemente alguno de vosotros se plantee si esta decisión pudiera alterar de algún modo la futura orientación sexual y/o identidad de género de sus hijos. Si tú eres una de esas personas, no te preocupes:

1.- Ten en cuenta que TODOS los miembros del colectivo LGTBIQ+ han crecido en un entorno heterosexual (en la mayoría de los casos, además exclusivamente) y que esto no les ha convertido en heterosexuales. Nada de lo que hagas ni digas podrá modificar la orientación sexual o la identidad de género de tus hijos.

2.- ¿Y qué, si tu hijo o tu hija de repente se diera cuenta de que es LGTBIQ+ gracias a uno de estos cuentos? Para eso son, ¿no? Para que quienes los leen se atrevan a dar el paso de mostrarse al mundo tal cual se sienten. ¿Acaso no quieres que tus hijos sean felices?

«¿Acaso no quieres que tus hijos sean felices?».

No tengas miedo. Si tu hijo/a realmente es LGTBIQ+, leyéndole cuentos de este tipo lo único que cambiarás es el momento en que decida contártelo (que afortunadamente será mucho antes con gran probabilidad). Y si no lo es, habrá aprendido que su orientación sexual e identidad de género son simplemente una más de las que conforman el abanico de posibilidades que afectan al género humano y tratará a todo el mundo, en especial al colectivo LGTBIQ+, con el respeto que merece.

La próxima vez que quieras comprar un cuento para tus hijos, pásate también por la sección LGBTIQ+.

Porque con un pequeño gesto podemos generar un gran cambio.

 

 

(*) Información extraída de:

http://www.felgtb.org/temas/educacion/noticias/i/14588/307/el-acoso-escolar-hacia-menores-lgtb-sigue-siendo-el-principal-en-espana